El reto del almacenamiento de la energía solar

La generación y uso de energía eléctrica a partir de fuentes renovables representan una solución viable para contrarrestar la contaminación producida por la producción energética con base en la quema de combustibles fósiles, y también para combatir el cambio climático derivado de la concentración de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, el almacenamiento de esta energía también representa un gran reto, y junto con los altos costos que esto representa, han sido las grandes barreras para la adopción e implementación masiva de estas tecnologías.
Energía solar: obtención y almacenamiento
En concreto, la energía solar es intermitente, es decir, solo se puede obtener cuando el día está soleado. Su almacenamiento representa una dificultad para su uso eficaz, que es fundamental para que podamos llevar a cabo una transición hacia este tipo de energía amigable con el ambiente.
El almacenamiento de la energía solar se logra por medio de baterías solares, capaces de contener la energía fotovoltaica, proveniente de la radiación solar que fue captada por medio de los paneles solares compuestos de células solares que ejecutan esa función.
La batería solar está compuesta de celdas electroquímicas, cuya función es transformar la energía química del sol en energía eléctrica para ser almacenada en esta batería.
Cada batería está compuesta por dos electrodos, uno positivo y otro negativo, y electrolitos. En su conjunto hacen que la energía fluya en forma de corriente para cumplir con su objetivo de energizar desde el alumbrado público hasta nuestros hogares.
Tipos de baterías
- Baterías de monoblock. Las encontramos principalmente en instalaciones caseras que suelen ser las más comunes para fines de autoconsumo. Son de potencia baja a media, suficiente para la iluminación y uso de electrodomésticos de baja potencia. Su duración es menor en términos de ciclos de descarga profunda.
- Baterías estacionarias. No son muy diferentes de las anteriores en cuanto a su estructura y funcionalidad, sin embargo, estas baterías son más utilizadas en sitios de consumo medio a alto, y su coste financiero es mayor.
- Baterías de litio. Hoy en día constituyen la mejor opción ya que su alta eficiencia se mezcla con su baja necesidad de mantenimiento, coste moderado y alta durabilidad, también, en ciclos de descarga profunda.
Con el tiempo ha aumentado la capacidad de almacenamiento de energía en los parques solares. Han pasado de 214 MW a 899 MW en promedio por día en un parque de tamaño moderado. Se espera que conforme avance la tecnología esta capacidad pueda aumentar a 2,500 MW para el año 2023.
Adicional a la tecnología existente, se encuentran en desarrollo soluciones como las celdas de hidrógeno, para obtener una mayor capacidad de energía a partir de la electrólisis.
Este es el mecanismo de separación de las moléculas del agua. Se trata de aprovechar esta reacción, liberando oxígeno al ambiente y utilizando la energía proveniente de la quema del hidrógeno para generar energía.
Es vital la transición a las energías limpias, por ende, es importante que estemos pendientes de la evolución del almacenamiento de esta energía no contaminante, para dejar de depender de la energía convencional de combustibles fósiles.