William Albert Ackman, mejor conocido como Bill Ackman, es un inversor activista de origen estadounidense, nacido el 11 de mayo de 1966, cuya fortuna asciende a unos 1,900 millones de dólares y con más de 10,000 millones de dólares en activos bajo gestión.

Graduado con honores de la Universidad de Harvard en 1988 y con un MBA por la Harvard Business School. En el año de 1992, fundó la firma de inversión Gotham Partners con su compañero David P. Berkowitz, posteriormente, en el 2004 creó la firma Pershing Square Capital Management, una empresa de gestión de fondos de cobertura. Para el año siguiente, Pershing compró una participación importante en la cadena de comida rápida Wendy’s International.

Ackman ha reiterado que sus inversiones más exitosas suelen ser controvertidas, ya que su principal regla es hacer una jugada tan audaz que nadie la espere y en la que nadie crea.

Estilo de inversión 

El estilo de inversión de Bill Ackman ha causado controversia en el mundo de las finanzas, pues es igualmente elogiado como criticado por expertos y funcionarios de todo el mundo.

Y es que, aproximadamente un 60% del portafolio de Ackman se compone de firmas que reparten jugosos dividendos a sus accionistas. De esta manera, más de la mitad de las inversiones del magnate son empresas sólidas, lo que le ha otorgado retornos anualizados de más del 30 por ciento.

Dicho método de inversión es similar a la utilizada por Warren Buffett, pues tiene la ventaja de que ofrece un flujo de dinero constante aun cuando el mercado se encuentre en un momento complicado.

De esta manera, Bill Ackman recibe a través de su fondo beneficios periódicos que luego pueden ser reinvertidos en otros activos.

Reglas de operación

Algunas de las pautas que sigue Ackman en sus jugadas son las siguientes:

1. Maneja un portafolio concentrado de no más de 15 empresas.
2. Apuesta por firmas cotizadas de mediana capitalización (de 2,000 a 10,000 millones de dólares) y larga capitalización (de más de 10,000 millones de dólares).
3. Su rol es gestor de inversiones así que se dedica a movimientos estratégicos financieros, no operativos.
4. Es pionero en la métrica ROIBD (Return on invested brain damage o Rentabilidad sobre el daño cerebral invertido), que sirve para comparar la rentabilidad potencial de una inversión y así hacerse una idea de si merece la pena llevar a cabo el análisis completo de la compañía.
5. No teme a las bancarrotas

Además, el magnate suele apostar por los negocios simples, generadores de flujo de caja libre, empresas sostenibles, con potencial de crecimiento, así como trabajar en conjunto con otros accionistas.

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