La economía conductual ha crecido en popularidad en distintas industrias. Comenzó más cercana a las políticas públicas y sociales, pero hoy en día se utiliza para solventar retos muy variados: de negocio, salud, sostenibilidad, etc. Hitos como las crisis financieras, por ejemplo, han hecho mucho más evidente la necesidad de ayudar a los clientes a tomar mejores decisiones financieras para no endeudarse en exceso, fomentar el ahorro, buscar una planificación a medio y largo plazo o evaluar alternativas a las que no estamos acostumbrados ante entornos de inflación como el actual. El acercamiento ahora consiste en facilitar el camino para que el cliente vea los beneficios de un determinado comportamiento, los tangibiliza; y así los adopta con mayor facilidad.
Pasó años trabajando en el campo de otros agricultores, aprendiendo cada técnica, ahorrando lo suficiente para comprar un pequeño terreno y adquirir semillas de calidad.