Crisis de los semiconductores y sus afectaciones

Durante los últimos años se ha registrado una dificultad para suplir la demanda de semiconductores de forma correcta, llegando a un punto crítico durante la pandemia del SARS-CoV-2, momento en el que los cambios de hábito de los consumidores marcaron una nueva etapa para muchas industrias.

Entre las afectaciones de la crisis de los semiconductores está la disminución en la producción de automóviles, el cierre de fábricas y el aumento del desempleo; sin embargo, la automoción no es el único sector que emplea este tipo de materiales. El de los videojuegos también ha sufrido las consecuencias, al punto que, comprar la Play Station 5, la Xbox series X y S o incluso la Nintendo Switch se ha vuelto una odisea. Expertos afirman que la escasez de chips probablemente se extienda hasta el 2023. 

Y es que, la producción de chips se encuentra entre los procesos más complejos que existen, llevándose varios meses y cientos de etapas en su fabricación, además, requiere un equipo de precisión que opere partículas subatómicas. Por ello, muchas empresas se han visto en la necesidad de modificar su infraestructura para suplir la demanda.

El caso TSMC

Parte de los problemas de suministro de semiconductores en el mundo, se deben a que la fabricación de estos es liderada por una sola compañía, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, Limited (TSMC) capturando así, una tecnología crucial para los dispositivos digitales del mundo. TSMC representa el 92% de la producción de semiconductores a nivel global, mientras que Corea del Sur el 8 por ciento. De esta manera, Taiwán resulta indispensable para potencias como Estados Unidos y China.

Sin embargo, la escasez de chips causada por las complicaciones en el abastecimiento durante la pandemia, sumado a los conflictos de Taiwán con China y Estados Unidos, prevén un posible advenimiento de la interrupción en la cadena internacional de suministro electrónico. Esto sería catastrófico pues limitaría el acceso a chips que sustentan las tecnologías militares, los teléfonos móviles y los equipos de diagnóstico médico, entre muchos otros.

Áreas de oportunidad

Estados Unidos y China están en la búsqueda de romper su dependencia con respecto a Taiwán. El país norteamericano ha persuadido a TSMC para que abra una fundición de semiconductores en su territorio y se prepara para invertir 35,000 millones de dólares en la reconstrucción de su industria nacional de fabricación de chips.

Cabe destacar que, el sector de semiconductores de Estados Unidos es dominante en cuanto a investigación, desarrollo y diseño, representando casi la mitad de los ingresos de la industria global con un valor cercano a los 452,000 millones de dólares. Sin embargo, la superpotencia americana, ha subcontratado a Taiwán para cuestiones de producción de chips avanzados, movimiento que ahora trata de revertir.

En tanto, el gigante asiático también está invirtiendo en ello (100,000 millones de dólares) en subsidios, incluido el desarrollo de 60 nuevas plantas, con la diferencia de que su industria lleva una década de rezago con respecto de la taiwanesa.

Por otra parte, de aquí al 2025, empresas locales y extranjeras planean realizar inversiones millonarias en la industria de chips de Taiwán.