¿Tenemos derecho a desconectar de la sociedad digital?


¿Es la tecnología una inversión rentable?
El crecimiento de la población digital es un condicionante que definirá el mundo, no sólo en el ámbito de los negocios, sino en la política y la inversión. Los cambios generacionales y el acceso que cada generación ha tenido a la tecnología, definen el escenario económico y el desarrollo a nivel global de las últimas décadas.
Todos necesitamos desconectar, pero parece que la sociedad digital se resiste a concedernos ese derecho. Con la llegada del smartphone, hemos reconocido implícitamente tener una disponibilidad infinita que hace que sea enormemente difícil dejar la mente en blanco cuando salimos del trabajo. Un email, una llamada, un whatsapp, etc… Cualquier medio es válido para que nos consulten una duda de última hora cuando ya estamos de camino a casa o para que un cliente nos importune durante las vacaciones. Y estar perpetuamente conectados tiene un precio. Hacer tareas laborales o seguir pensando en el trabajo durante las vacaciones o en nuestro tiempo libre puede influir negativamente en nuestra salud y hacer que disminuya el rendimiento laboral.
¿Qué consecuencias puede tener no desconectar del trabajo?
Se ha demostrado que no distanciarse psicológicamente del trabajo puede estar relacionado con los siguientes problemas de salud:
- Dificultad para dormir.
- Agotamiento emocional.
- Problemas cardiovasculares.
- Malas digestiones y enfermedades gastrointestinales.
- Síntomas depresivos.
- Ansiedad.
- Problemas de relación con la pareja, la familia y los amigos por irascibilidad.
- Falta de apetito sexual.
- Desmotivación para las actividades de ocio.
- Disminución de competencias tales como la creatividad y la capacidad de análisis.
- Problemas de concentración.
- Enfermedades dermatológicas.
- Dolores de cabeza persistentes y preocupación constante.
¿Qué motivos nos impiden desconectar del trabajo?
Hay otros, pero sin duda los más frecuentes son:
- La imposibilidad de delegar tareas por ser la única persona que se ocupa de determinadas funciones.
- La incapacidad de encomendar tareas a otra persona.
- Ser contactados por la empresa o contactar nosotros con nuestros empleados para solucionar imprevistos.
- La falta de competencias para desarrollar otras actividades.
¿A quiénes les cuesta más desconectar del trabajo?
Las personas que acuden a consulta con desgaste emocional por sobrecarga laboral son aquellas que tienen la sensación de que disfrutan llevando el timón del barco, y en esa sensación de poder el cuerpo experimenta felicidad. El problema está en que la sensación no dura para siempre. Tarde o temprano, el organismo dice “basta” y pasa factura, poniendo de manifiesto la necesidad de desconectar.
Claves para aprender a desconectar
Ahora sí, vayamos a las herramientas que nos pueden permitir desconectar. Al menos, podemos intentarlo:
- No dejes ningún proyecto o acción abierta. Si no es factible, al menos deja a alguien al mando. El cerebro tiende a darle vueltas a las cuestiones que están por solucionar, y si te llevas alguna de esas de vacaciones, es bastante probable que te acompañe en tu día a día y te impida desconectar.
- Aprovecha las ocasiones que tengas para viajar. Los viajes nos ofrecen la oportunidad de conocer “mundos” nuevos, pero también nos permiten, durante unos días, ocupar la mente en otros tipos de problemas: ¿Cómo llego allí?, ¿Dónde vamos a comer?, ¿Qué tren hay que coger?, etc. Que otras cuestiones ocupen nuestro cerebro nos ayuda a desconectar de la rutina laboral diaria.
- No utilices dispositivos tecnológicos que estén muy relacionados con el ámbito laboral. Y, si no es posible, entonces establece un día y un horario definidos para dedicarte a las gestiones laborales. Reservar un hueco para hacer las tareas laborales tranquiliza al cerebro en su intento de dar solución a temas abiertos y te permite liberar y desconectar la mente durante el resto del tiempo de ocio.
- Apaga el móvil unas horas al día o déjalo en casa cuando salgas. Tener el móvil encendido, sobre todo si es el del trabajo, probablemente significará que estarás constantemente controlándolo. Pasea, ve a la playa, sal a tomar algo o a cenar con familia y amigos, centrándote en los que te acompañan y olvidándote del móvil por unas horas.
- Equilibra trabajo y tiempo libre en tu día a día. Para disfrutar de una buena salud mental, debes tener en cuenta que ambos aspectos son igual de importantes. Por eso, todo el tiempo que dediques de más al trabajo debes intentar compensarlo con tiempo libre durante los fines de semana.
- Aprende a hacer otras cosas y desarrolla nuevas aptitudes. El problema de quienes no saben disfrutar del tiempo libre es que no saben qué hacer fuera del ámbito laboral. Por eso, si ese es tu caso, busca actividades que llenen los huecos que deja el trabajo. De hecho, cuando alguien acude a la consulta con fatiga emocional no se le recomienda descansar, sino hacer otras cosas, como aprender un idioma o aficionarse a algo. El ocio marca la diferencia con respecto al trabajo y eso produce descanso.
- Aprende a focalizar. El equilibrio personal se consigue con la sensación de estar atendiendo las diferentes áreas de nuestra vida: la familia de origen, la familia creada, el ocio, las relaciones sociales y el ámbito laboral. El problema aparece cuando no puedes fijar la atención en una de ellas porque tienes la cabeza en otra.
- Ajusta el equilibrio afectivo. Es positivo compartir tiempo con la familia y los amigos, pero también lo es tener tiempo para uno mismo. Renunciar al espacio personal en vacaciones es agotador, por lo que lo ideal es que incluyas en tu agenda planes compartidos con otros, pero también momentos de soledad que te permitan leer un libro, ver la televisión, pasear, etc.
- Huye del “uniforme de oficina”: utiliza ropa cómoda con la que realmente te sientas bien, date un masaje, cuida tu piel, etc. ¡Mímate!
- No madrugues en tus vacaciones. Si por motivos de trabajo madrugas mucho a lo largo del año, es importante que te premies con el placer de no madrugar.
- Rompe la rutina. Los fines de semana o en periodos cortos de vacaciones, programa excursiones a lugares cercanos a tu ciudad para pasar el día fuera y volver a dormir a casa. Este tipo de jornadas son excelentes para romper con la rutina.
- Celebra tus triunfos. Una buena forma de disfrutar del área personal durante el año es hacer partícipe de tus ilusiones y proyectos a tu familia y amigos. Celebra con ellos tus éxitos profesionales y desconecta brindando por lo bien que te lo estás haciendo.
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