La revolución del almacenamiento de energía

Nos encontramos en un mundo que está en plena transición de las energías fósiles a las fuentes renovables, y el almacenamiento eficiente de energía es una pieza clave de esta ya que permite flexibilizar la producción de energía renovable y garantizar su integración en el sistema. 

Entre más renovables sean las energías que utilizamos más ahorraremos en costos, porque son las más baratas, a la vez que beneficiaremos al planeta pues son las que menos contaminantes emiten, al ser energías limpias en su mayoría.

Cabe mencionar que, la energía eléctrica como tal no puede almacenarse y es necesario transformarla. Dependiendo de su capacidad, los sistemas de almacenamiento de energía se dividen en: almacenamiento a gran escala (hidroeléctrica reversible (bombeo) y almacenamiento térmico) que se emplea con escalas de GW; almacenamiento en redes y en activos de generación (pilas y baterías, condensadores, superconductores y volantes de inercia) donde se trabaja con escalas de MW; y, finalmente, almacenamiento a nivel de usuario final (baterías , superconductores y volantes de inercia) que se emplea con kW.

El futuro son las baterías de litio

Durante los últimos años, la industria de las energías renovables ha visto en las baterías de litio la solución a su problema de almacenamiento de la energía generada. Al ser uno de los elementos más pequeños de la tabla periódica, el litio cuenta con un elevado potencial electroquímico y es capaz de acumular grandes cantidades de energía. Solo su elevado costo había apartado a las baterías de litio de convertirse en la principal tecnología de almacenamiento de las energías renovables. Sin embargo, dicha situación, parece estar cambiando. Según un reporte de BloombergNEF, el costo de las baterías de litio se reducirá cuantiosamente en los próximos años. Se pronostica una reducción de hasta 50% en los costos de las baterías de ion de litio por kW/h para el 2030, a medida que la demanda repunta en dos mercados diferentes: almacenamiento estacionario y vehículos eléctricos.

Esto propiciará que las instalaciones de almacenamiento de energía a nivel mundial se multipliquen exponencialmente, desde los 9GW/17GWh implementados a partir del 2018 hasta los 1,095GW/2,850GWh para el 2040. Este aumento requeriría una inversión estimada de 662,000 millones de dólares.

Con base a lo anterior, podemos decir que, nos encontramos ante una tercera Revolución Industrial, luego de la electricidad que fuera la primera gran invención de la Revolución Industrial en el siglo XIX y la segunda donde distintos inventores convirtieron la energía eléctrica en una actividad industrial capaz de transformar la historia, y donde se añadieran además del carbón, otras fuentes de energía como el petróleo. Hoy, la revolución consiste no sólo en el desapego de los combustibles fósiles y la utilización de energías renovables y/o limpias, sino también el almacenamiento de las mismas.