La ciberpatogénesis: enfermedades atribuibles al mal uso de la tecnología

Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y han supuesto un avance espectacular en lo que a acceso a información, gestión y comunicación se refiere, facilitándonos mucho la vida. Sin embargo, como todo, el uso que hacemos de ellas puede tener consecuencias, y en este caso, nos referimos a consecuencias físicas. Y es que, bajo el término ciberpatogénesis nos ha parecido oportuno agrupar aquellas patologías que podrían explicarse por una exposición excesiva y/o prolongada a la cibernética y, en general, a las nuevas tecnologías. Explicaría el origen y la evolución de algunas enfermedades atribuibles al uso incorrecto de la tecnología. Obviamente, otros factores pueden estar implicados.
Un antes y un después en la comunicación
La revolución tecnológica de finales del siglo pasado ha promovido la aparición de nuevos aparatos (ordenadores, smartphones, tablets…) que, actualmente, condicionan nuestra forma de comunicación y relación interpersonal. La cibercomunicación es el término empleado para definir la forma de comunicarnos mediante el uso de internet y arrastra consigo infinitas ventajas, pero también algún que otro inconveniente que no podemos obviar. A grandes rasgos podríamos mencionar, de entre las ventajas: diferentes fuentes de obtención de información, entretenimiento, socialización, nueva forma de aprendizaje mediante el uso de tutoriales, desarrollo de habilidades, facilidad en las gestiones, en el acceso, inmediatez…
Implicaciones físicas
Junto a las grandes ventajas, no podemos obviar algunos inconvenientes. Por suerte, así como la cibernética avanza a pasos agigantados, también lo hace la Medicina para adaptarse a los nuevos diagnósticos derivados de la exposición prolongada al uso de la tecnología.
¿A qué nos referimos?
- A la whatsappitis: dolores relacionados con el uso prolongado de los dispositivos.
- A la cibertendinitis del pulgar: ¿sabías que la musculatura del dedo pulgar en los adolescentes actuales es más potente que en las generaciones pasadas? De hecho, actualmente el dedo pulgar es considerado el más hábil mientras que antes era el dedo índice. Móviles, joysticks de videojuegos… explicarían este cambio.
- A contracturas musculares por posturas mantenidas. Se habla de cuello smartphone por posiciones forzadas en flexión de 60º que podrían provocar desgaste en el muro anterior de la columna vertebral.
- A la ciberdistracción/ciberagotamiento psicológico: déficit de atención hacia el entorno por estar absorto en el chat.
- A la deficiencia de vitamina D: cada vez más frecuente en gente joven, pudiendo achacarse a la menor exposición al sol en esta población.
- A la ciberfatiga visual: vista cansada por exposición mantenida y sobreestímulo luminoso.
- Al insomnio cibernético: por incapacidad de conciliar el sueño tras la excitación neurológica derivada de la exposición prolongada.
- Se recomienda colocarlos cerca de la línea de los ojos.
- No usarlos más de 30 - 45 minutos seguidos.
- Realizar ejercicios de estiramientos de la musculatura y evitar posturas estáticas durante mucho tiempo seguido.
- Asimismo, puede resultar beneficioso reforzar la musculatura específica.
- Y, sobre todo, tener en cuenta que, si la tecnología es el avance de la humanidad, conviene recordar que el exceso puede ser perjudicial, y que hay tiempo para todo, sólo hay que asignar el tiempo adecuado a cada cosa.