Invertir en verano: ¿amenaza u oportunidad?

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Inversión / 7 agosto, 2017
Invertir en verano: ¿amenaza u oportunidad?

Raúl Rendon Portfolio Manager

Reza una frase en los mercados bursátiles “vende en mayo y vete” (sell in May and go away) haciendo alusión de la volatilidad que tienen los mercados de renta variable en el periodo de verano, situación que nos lleva a preguntar si en este periodo los mercados podrían experimentar algún tipo de turbulencia o volatilidad. Tomando como referencia el S&P500 desde 1928, la rentabilidad promedio de Agosto, Septiembre y Octubre es negativa (entre -0.1% y -1.6%) y menos de la mitad de las ocasiones el mercado tiene un saldo positivo; dicho de otra forma, la probabilidad de correcciones en verano es estadísticamente elevado, y al día de hoy teniendo en cuenta que los principales índices americanos están teniendo registros máximos sobre precios en algunas ideas nicho y sobre todo, que algunos índices de sentimiento sugieren complacencia en los mercados, parece razonable asumir que este periodo de verano podría venir acompañado de movimientos volátiles en los mercados de renta variable. Es cierto que algunos activos siguen rezagados, tales como los índices europeos y algunos índices emergentes, que distan de estar cercanos a sus máximos históricos, pero considerando que los mercados de EEUU representan más del 50% de la renta variable global, es probable que correcciones en el S&P500 pudiera afectar parcialmente el desempeño de otros índices. ¿El vaso medio vacío o medio lleno? La estacionalidad del año no es una invitación a salir de la renta variable, en todo caso, es un periodo que invita a la prudencia y que invita a posibles ajustes en carteras, cambiando aquellos activos adelantados por otros que tengan mayor potencial por el rezago en su desempeño y/o simplemente aumentar niveles de efectivo en espera de oportunidades durante los próximos tres meses.
Cabe subrayar que si bien el periodo de verano es complejo, también habría que enfatizar que el periodo Noviembre a Enero es sumamente positivo desde un punto de vista histórico, por lo que habrá que tener “pólvora fresca” para poder “disparar” a discreción en el caso de que se materialice una corrección en los mercados.
La idea central para este periodo es prudencia en el corto plazo pensando en finalizar el año con niveles elevados de inversión.