¿Existe oportunidad en la renta variable?
El verano del año pasado mencionábamos con un toque de ironía el “inminente colapso de la renta variable”, tomando como referencia el cumulo de noticias y titulares que anticipaban la llegada de un mercado correctivo.
En su momento, mencionábamos que si bien las variables económicas mostraban una desaceleración, la probabilidad de correcciones significativas eran bajas considerando las medidas contra-cíclicas implantadas alrededor del mundo. No menos relevante es el hecho de que no solo el grueso de los inversionistas estaban infra – pesados en activos de riesgo, sino que incluso los flujos de inversión salían de la renta variable.
Un poco más tarde -en otoño- volvimos a comentar las condiciones del mercado en donde las variables de crecimiento económico mejoraban y se relajaban las tensiones comerciales. Hacíamos una reflexión si era o no conveniente seguir invertido y subrayábamos la importancia de no caer en la tentación de tomar ganancias sin un plan para volver a invertir.
Parecen lejanas dichas reflexiones y nuevamente, a inicios de febrero del 2020, los mercados asimilan el flujo información que nuevamente generan dudas sobre qué pasos tomar, es decir, ¿invierto ahora?, o ¿espero a que haya más claridad en el entorno?
Los vaivenes del mercado
En contexto, la narrativa de crecimiento económico global ganó adeptos los últimos meses, sin embargo nuevamente ha sido puesta en duda por dos ‘black swans‘: conflicto EEUU-Iran y el Coronavirus.
La problemática geopolítica fue asimilada rápidamente al frenarse una escalada bélica entre ambas naciones, mientras que los riesgos de pandemia global parecen –al momento de escribir esta nota- contenidos.
Sin minimizar la gravedad del virus, parece claro que los mercados sobre reaccionaron a dichas noticias al observarse un fuerte ajuste en la cotización de materias primas tales como metales industriales que en promedio contrajeron 10%, o el petróleo que llegó a retroceder alrededor de 20%. No fueron inmunes los sectores cíclicos de la renta variable que igualmente experimentaron correcciones significativas.
Hasta el momento los pasos que han implementado para contener el virus tiene similitudes con lo vivido en el 2003 con el SARS. En particular, en el caso de China, el impacto fue de corta duración y mayormente contenido en el segundo trimestre del 2003 cuando el PIB real se contrajo 9.1% (comparado con el 11.1% del primer trimestre) seguido por una fuerte recuperación de 10% en el segundo semestre. Los sectores afectados –como ahora ocurre- se observó en ventas minoristas, turismo, transporte.
¿Adictos a los estímulos?
El impacto del Coronavirus parece limitado –a menos que se convierta en una pandemia global- y parecería que las interrupciones en la actividad económica únicamente se retrasan pero no suprimen el crecimiento económico.
No deja de ser irónico, pero no fueron las tensiones comerciales con EEUU, sino que parece el Coronavirus es el detonante que ha llevado a China a tomar nuevamente medidas de estímulo al recortar tasas de interés, inyectar liquidez al sistema (1.6 mil billones de RMB/231 mil millones de USD) a la vez de promover el crédito al consumo.
Algunos analistas esperan que Beijing responda de manera agresiva con estímulos fiscales y monetarios que debería generar una recuperación en “V” liderado por el sector industrial. En particular, la producción de fábricas se ha visto menos afectada porque la crisis ha sucedido durante el cierre habitual del año nuevo chino.
Entre la estacionalidad y el ciclo presidencial.
Tomando como referencia el S&P500 por la historia del índice y por la influencia del mercado americano en la renta variable global, el mes de febrero es estacionalmente débil al registrar un retorno promedio de -0.02% y con variaciones positivas únicamente en el 53% de las ocasiones. Sin embargo, el cuarto año en el ciclo presidencial ha sido históricamente positivo!.. Situación por la que parecería que las correcciones del mercado –si se generan- pueden ser una ventana de oportunidad para posicionarse más agresivamente.
¿Riesgos a la vista?
Dicho lo anterior, una posible fuente de volatilidad en los mercados podría derivar de una normalización del balance de la FED, recordando que el Banco Central ha ampliado nuevamente su balance al estimular el mercado de repos. Powell ha mencionado repetidas veces que esta expansión no es relajamiento cuantitativo (QE), pero muchos participantes del mercado creen lo contrario e incluso el presidente de la FED de Dallas Robert Kaplan ha mencionado que las compras de la Reserva Federal tienen un efecto similar al QE. El debate entre la comunidad de analistas de cuando normalizará el balance gira alrededor del mes de junio.
¿Invertir o no invertir?
Llegamos nuevamente a la pregunta que nos acompaña de manera recurrente, y es que cada vez que hay oportunidades (usualmente asociado a incertidumbre y volatilidad en el mercado) es precisamente cuando los inversionistas no están dispuestos a asumir riesgos. Lo contrario también aplica, hay inversionistas que se sienten “más seguros” cuando el entorno es más estable.
Recordar que las valoraciones de los mercados son estrechas (así han estado los últimos años) pero el entorno parece constructivo a la vez que una posición acomodaticia de Bancos Centrales más una perspectiva de crecimiento global deberían apuntalar el desempeño de activos de riesgo por los siguientes meses. En particular, a nivel de posicionamiento, los flujos están retornando a la Renta Variable y aun no se encuentran en niveles extremos como para generar alguna señal de cautela.
Dicho lo anterior, mantenemos visión constructiva en el activo; pero también nos gustaría ratificar que la decisión de inversión no debería estar únicamente sustentado por la perspectiva del mercado, ya que esta solo conforma un punto de partida; en todo caso es la distribución de activos y gestión de riesgos lo que forma la parte medular del proceso inversor.
Volvemos a exhortar a que consulte con su asesor financiero, quien le podrá mostrar alternativas y productos que mejor se adapten a su perfil y tolerancia al riesgo.