Empresa y deporte II – Crossfit

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Deporte / 21 diciembre, 2017
Empresa y deporte II – Crossfit

José Antonio Colomer Client Solutions

Crossfit - Mucho más que un gimnasio En los últimos años, hemos visto cómo muchas ciudades de todo el mundo se llenan de gimnasios llamados ‘boxes’ en los que se practica una disciplina deportiva, relativamente nueva, llamada Crossfit. ¿A qué se debe tal éxito? Existen varios motivos, pero para poder entenderlo, primero debemos explicar en qué consiste esta disciplina. ¿Qué es el Crossfit? Según la definición que encontramos en la página oficial, Crossfit son movimientos funcionales constantemente variados, realizados con alta intensidad. Por movimientos funcionales, entendemos aquellos movimientos que están basados en situaciones reales de nuestro día a día, como puede ser cargar con las bolsas de la compra, meter nuestra maleta en la cabina del avión, o simplemente, levantarnos del suelo. Para simular todos estos movimientos, el Crossfit combina elementos de distintas disciplinas deportivas como pueden ser la halterofilia, la gimnasia, el remo, la bicicleta y otras muchas.
A priori, cabría pensar que podemos hacer todo lo anterior por nuestra cuenta, ya sea en un gimnasio convencional o al aire libre.
Y en realidad, así es. Entonces, volvemos a formular la pregunta: ¿Por qué cada vez hay más gente que practica el Crossfit? Probablemente uno de los principales motivos sea el espíritu de comunidad que se respira en este tipo de recintos y los valores que los miembros de esta comunidad transmiten, como son el trabajo en equipo, la solidaridad, el esfuerzo, la humildad y el espíritu de superación, entre otro muchos. Como norma general, los entrenamientos de Crossfit se realizan siempre en grupo, y esto hace que el ‘sufrimiento’ sea compartido. Gracias al uso de las nuevas tecnologías, la comunidad de nuestro ‘box’ no se limita a las cuatro paredes que delimitan el recinto. A través de las aplicaciones móviles, podemos introducir los resultados obtenidos durante nuestro entrenamiento, ver lo que han hecho nuestros compañeros (ya sean de nuestra misma clase, de las anteriores o las posteriores), e interactuar con ellos, animarnos mutuamente, o simplemente compartir con el resto cómo nos hemos sentido durante la sesión de ese día. Los entrenamientos de Crossfit son muy duros, y muchos de ellos incluyen ejercicios técnicamente complejos, como pueden ser los de halterofilia o algunos de gimnasia. Por ello, habrá quien piense que esto no es lo suyo, que se trata de un deporte algo excluyente. Fue exactamente lo que yo mismo, hoy completamente adicto a esta disciplina, pensé en su día. No pueden imaginarse lo equivocado que estaba. Lo descubrí prácticamente por casualidad, cuando un amigo que llevaba tiempo practicándolo me invitó a participar en un evento benéfico organizado por su ‘box’. Tengo que decir que me enganché al instante. Sin embargo, pensé que no era para mí, que con los problemas de articulaciones que tenía, no iba a ser capaz de hacer algunos de los ejercicios. Un pequeño quiste en la muñeca, rodilla de corredor, molestias en la cadera… no veía cómo iba a ser capaz de hacerlo. Mi amigo me dijo que estuviera tranquilo, que absolutamente todos los ejercicios se podían modificar. Esta, precisamente, es una de las maravillas del Crossfit. Quien lo practica no es quien se tiene que adaptar al deporte, sino que es el deporte el que se adapta a cada uno de quienes lo practican. Por este motivo precisamente, en una misma clase podrán coincidir desde alguien que está preparándose para competir y puede hacer un ‘snatch’ de más de 100 kg, hasta una persona con sobrepeso intentando realizar su primera flexión. Y la realidad es que no importa si somos el primero o el último en terminar el entrenamiento, si levantamos 120 o 15 kg, porque dentro de la clase somos todos iguales. Siempre y cuando intentemos dar el 100% de nuestro esfuerzo, seremos considerados unos auténticos campeones.